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«Angulus quiere tanto dezir commo rrencón. Este nonbre conuyene mucho a Dios; que assí commo en el rrencón sse ayuntan todas las lauores e sse ffirman, assí en Dios sson ayuntados todos los bienes e del rreçiben crecimiento e ffirmedunbre». Vanderford 1984: I, p. 4, l. 14–18.
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Et dixo Nuestro Ssennor Ihesu Cristo por esta piedra ssobredicha en esta rrazón del mismo, que la piedra que desdennaran los que labrauan, que era puesta en cabeça del rrencón. Et esto sse entiende que los que auyan poder en el mundo e eran entendidos non lo connosçieran, <…>. Et la piedra que fué puesta en el rrencón que ayuntaron amas las paredes, et esto sse entiende por la ssu venida, que ffizo ayuntar la ley vieia con la nueua; ca por la vna sse proeua la otra, <…>. Et otrossí dixo a Ssant Pedro, quandol connosçió que era ffijo de Dios, porque ffuera ffirme commo piedra, que ssobre él mismo que ffuera piedra verdadera labrarle la ssu eglesia, que sse conssagra ssobre la piedra del ara, que es ssobre el altar (Vanderford 1984: 4).
876
Perona 1988: 73.
877
Puigdengolas 2019: 73–85.
878
Perona 1988: 65–68.
879
Puigdengolas 2022.
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Et las gentes que aorauan este elemento, era tal ssu antoiança que era más noble que estos tres elementos porque era más alto contra los cielos e era muy claro e rresplandiente a marauilloso rresplandor (Vanderford 1984: 54).
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Vanderford 1984: 56.
882
Et por ende queremos mostrar todas estas crençias, cada vna cómmo era ssegunt aquellas gentes las creyen, por que connoscan los que las oyeren dónde sse mouyen todos estos yerros que ffazían a las gentes errar ssin rrazón (Vanderford 1984: 49).
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Onde este orar de los quatro elementos duró muchos tienpos, fasta que ssopieron los omnes que estas cosas sse corronpíen e que otras y auya que sse non podían corronper e que eran más nobles, assí commo el cielo e las estrellas. Et por ende dexaron éstas e tornáronssa aorar a aquéllas (Vanderford 1984: 54–55).
884
Omnes ouo y algunos que vinieron después destos que aoraron los helementos, que cogieron ffantasía en ssí e sse començaron aorar vnos a otros. Et era ssu creencia atal que más valía aorar la cosa biua que ueyen que la otra que non podían uer (Vanderford 1984: 55).
885
Vanderford 1984: 55.
886
Vanderford 1984: 56.
887
Ibid.
888
Ibid.
889
Octauo çielo ffallaron por cuenta los ssabios antigos que auya ssobre estos ssiete que auemos dicho, en que están las estrellas menudas que parescen, e a que llamaron çielo ffigurado; porque en él sson, ssegunt ellos dixieron, todas las ffiguras que sson en él asmadas nin ffechas, en que dizían que auya grant virtud. Et porque este çielo es más alto que los otros, tenien que era más cerca de Dios. Et por esso començaron âorar aquellas ffiguras de estrellas que en él estauan (Vanderford 1984: 63).
890
Vanderford 1984: 63.
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Onde en todas estas maneras que auemos dichas andauan los omnes errados, buscando a Dios e queriendol connosçer. Et commo quier que él es en todo, porque non auyan entendimiento derecho de connosçerle verdaderamientre, llegando por connosçençia verdadera al lugar o él era, por esso cayen todos en estos yerros (Vanderford 1984: 65).
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Et non tan ssolamientre por la ley vieia nin por los dichos de los ssabios e de las prophetas, mas aun ssegunt natura de los cielos e de las otras cosas spirituales, queremos prouar que la nuestra ssanta Ffe es ley derecha e crençia verdadera, e non otra ninguna que ffuesse desde el comienço del mundo nin sserá ffecha ffasta la ffin (Vanderford 1984: 65).
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Vanderford 1984: 66.
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E desta guisa se arredrauan de la verdad e allegáuanse a la mentira, [non] parando mientes de cómmo él non era cosa que se podiese connosçer nin por creencia vana, nin por antojança, nin por seta, nin por opinión, nin por fantasya, nin por suenno, nin por bisión; mas por ley biua e verdadera, fecha e hordenada de Dios Padre por el su querer e por el su poder e por su saber (Vanderford 1984: 66).
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E ésta es creencia e la fee e la ley derecha de Nuestro Sennor Ihesu Cristo, que non fué tomada de los elementos, que se dannan, mezclándose vnos con otros, nin los siete cielos, do estauan las planetas que han sus mouimienlos a vezes delante, a vezes atrás, nin del otauo cielo, que es figurado de estrellas menudas, segunt auemos dicho; mas fué tomada del nono, que es sobre todos los otros, segunt dixeron los filósofos e los sabios antiguos (Vanderford 1984: 66).
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